Escribe Oscar Paz: Como alguno de vosotros sabréis acabo de volver de Ibiza, una isla a la que el azar me llevo hace unos años, y que ya he visitado en 9 ocasiones, un azar que nos acompaña, como mínimo desde el día en el que fuimos concebidos, somos el resultado de una sola unión entre billones, con b DE BILBAO, de probabilidades.
Cada uno de nuestros días está lleno de casualidades, doy fe de ello, que yo haya visitado Ibiza tantas veces tiene que ver precisamente con una llamada de teléfono que si se hubiera hecho 5 minutos más tarde, nada de esto habría sucedido, ni siquiera este artículo que ahora escribo.
Si algo me ha enganchado de Ibiza es su capacidad para sacarme de la rutina habitual, de hacerme vivir experiencias diferentes, dejando, simplemente, que la vida pase.
Ya se que cada uno, en mayor o menor medida, tenéis vuestra «Ibiza particular», tengo un amigo que le encanta coger la mochila y perderse por países totalmente alejados del mundo occidental. Para él supone dejar atrás esa vida rutinaria a la que está atado todo el año.
Hoy me gustaría invitarnos a todos, yo el primero, a reflexionar ¿cuantas veces le hemos dado a la vida la oportunidad de que nos sorprenda?
Esta claro que para poder llevar una vida, digamos estable, tenemos que tener unos ciertos hábitos, pero ¿hasta que punto el exceso de ellos se convierten en los eslabones de una cadena que sólo nos permite conocer y experimentar una parte muy pequeña del mundo que nos rodea?
Muchos de los inventos más utilizados hoy en día ha tenido su origen en momentos en los que la vida ha soprendido sus inventores.Tenemos ejemplos de todo tipo como la penicilina, el uso médico de la nitroglicerina, la viagra o incluso otros más domésticos como las patatas fritas de bolsa, el velcro o los post it.
La idea del velcro, por ejemplo se le ocurrió a un ingeniero suizo (ALGÚN Q OTRO INGENIERO HAY POR AQUI ;-)) al que le gustaba pasear con su perro y un día, de casualidad, pasaron por una zona se cardos, y al llegar a casa se fijo en lo dificil que resultaba despegarlos de su jersey y del pelo de perro…y empezó a investigar el porqué…En definitiva lo que hoy me gustaría compartir con vosotros, es que la vida, además de algún que otro susto, también nos tienen reservadas sorpresas maravillosas
y que para poder descubrirlas, a veces es necesario cambiar de hábitos, pero que incluso sin cambiarlos, también podemos descubrir esas sorpresas simplemente observando el mundo que nos rodea bajo un prisma diferente al habitual.
y que para poder descubrirlas, a veces es necesario cambiar de hábitos, pero que incluso sin cambiarlos, también podemos descubrir esas sorpresas simplemente observando el mundo que nos rodea bajo un prisma diferente al habitual.
Yo tengo claro que, gracias al azar, Ibiza, la isla que algunos definen como mágica, me acompañará en muchas ocasiones más. Os deseo que a vosotros también, la magia, el azar y la vida os sorprendan con momentos tan especiales que os animen cada vez más a cruzar esa linea que tantas veces nos impide movernos de nuestra zona de confort.
