Día 1 de agosto
Toros y arte en Bilbao.
Bilbao invita a ser visitada. Hoy, domingo, mi esposa y yo tomamos el metro, desde Getxo y nos vamos a ver la exposición “Taurus, del mito al ritual”, en el Museo de Bellas Artes.
Como dice el folleto, “el origen de esta exposición está en la conmemoración del centenario del Club taurino Cocherito de Bilbao y su objetivo es mostrar la complejidad con la que el arte se ha acercado a la figura del toro…”
Es la primera gran muestra dedicada a analizar la transcendencia cultural de la figura del toro a lo largo de la historia del arte y creo que lo consigue porque ha reunido más de 200 obras, de escultura, pintura, litografía desde la antigüedad hasta nuestros días, Mesopotamia, Grecia, Roma, pintores como Picasso, Zuloaga, Iturrrino, Vázquez Díaz, Botero, Goya, Barceló y otros más nos han hecho pasar un rato agradable.
Tengo que reconocer que cada vez que voy a los toros me aburro mucho ya que si el toro es bueno el torero no es capaz de realizar la más mínima “faena”. Me gusta más escuchar a los comentaristas que casi siempre nos recuerdan los tiempos mejores de la fiesta.
Esta semana se han prohibido las corridas en Cataluña y el primer pensamiento que me ha venido a la mente es “el afán de la gente por prohibir y mucho más de los políticos”. No me gustan las prohibiciones porque son demostraciones de debilidad y de separación, de movilizaciones de buenos y malos.
El despilfarro de las prejubilaciones.
Leo con un poco de retraso que un grupo de Directores de RRHH de algunas sociedades punteras han llegado a la conclusión de que las prejubilaciones han sido un despilfarro y han provocado la descapitalización del talento en las empresas. Inmediatamente he pensado que una vez más el subordinado explica lo que ya está pensando el que manda por la sencilla razón de que las prejubilaciones ya no son rentables para la cuenta de explotación.
¡Cuando sucederá en las empresas que las ideas, los valores, el entusiasmo, la participación, la crítica al jefe, la iniciativa, la cara amable, echar una mano al compañero, la pelea por el trabajo bien hecho, el reconocimiento de los mejores, el esfuerzo, la coexistencia de la experiencia del viejo y la iniciativa del joven, sea lo normal y no se espere a ver qué dice el de arriba para “hacer seguidismo!