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¿Cómo puedo generar más valor a mi cartera de clientes?

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Luis Badrinas
Luis Badrinas

(N.E. Luis Badrinas nos plantea cuestiones muy precisas sobre la situación de las pensiones y la necesidad de pensar seriamente sobre su futuro. También hace un llamamiento a los mediadores a recuperar el tiempo perdido y aprender a asesorar y ofrecer a sus clientes fórmulas complementarias de ahorro y previsión. Lejos de ser un artículo pesimista es una invitación a reflexionar con seriedad, con realismo, con planificación y sin improvisación, es una invitación al trabajo bien hecho donde los buenos profesionales de la mediación tienen un campo de desarrollo inmenso. Un artículo muy recomendable en la línea de otros publicados en el blog)

Escribe: Luis Badrinas, Partner de Community of Insurance, experto en Previsión

Parece que con la crisis nos hemos despertado del sueño en el que teníamos la confianza de que el Estado iba a mantenernos de por vida, pasase lo que pasase. El estado del bienestar se había apoderado de nuestra sociedad y nos había adormecido en un sueño. Todo estaba cubierto, la sanidad, las pensiones, etc.

En España no hemos tenido bien asentada la cultura del ahorro y siempre hemos preferido vivir más al día. Lo cierto es que muchas generaciones nunca han conocido una crisis y, seguro que ninguna de ellas una de tal calado como la presente, por ello fomentar la necesidad del ahorro con un escenario de crecimiento como el que llevábamos la década anterior a la crisis nos había hecho confiar en que todo era posible y que los recursos prácticamente ilimitados. Si faltaban recursos se solicitaba financiación y tema resuelto.

Con la crisis llegan los recortes. España inicialmente no daba sensación de que tuviera una situación tan gravosa como la que luego ha resultado tener ya que su endeudamiento público estaba entorno al 60% del PIB y su sistema bancario parecía ser muy sólido. Sin embargo el endeudamiento estaba altamente extendido en el sector privado, las empresas y familias, así cuando explotó la crisis del ladrillo también salto el sistema bancario y hubo que empezar a ajustarse el cinturón. La pérdida de empleo empezó a causar estragos, los desequilibrios financieros de la banca cortaron radicalmente los créditos y la economía se sumergió en un completo colapso.

Llevábamos años hablando de la necesaria reforma del sistema de pensiones, pero no es hasta el 2011 cuando se publica la primera, en la cual se establece como fecha de entrada enero del 2013 y un período de adaptaciones progresivas hasta el año 2027, en el que todos los parámetros modificados se modifican en toda su extensión.

Aun así, antes de entrar en vigor ya sufre una modificación y ya entrado en vigor se modifican los parámetros de cálculo y revalorización de acuerdo con el principio de sostenibilidad. Las pensiones ya calculadas en 2014 dejan la clausula del IPC para pasar a un índice de revalorización mínimo del 0,25%, a un máximo del IPC más un 0,25%.

Hoy todo el mundo se pregunta, cobraré yo una pensión?, si es así, que pensión cobraré?, me llegará para vivir al ritmo que tengo mientras estoy cobrando un sueldo?, cuantos años deberé cotizar para alcanzar el 100% de la pensión?. Y por último, cuando realmente podré jubilarme?.

Pues bien, un aspecto positivo para dejar de un lado nuestra ignorancia es que el Instituto Nacional de la Seguridad Social INSS empieza este 2014 una campaña de información a los trabajadores de más de 50 años sobre cuánto cobrarían de pensión si siguieran cotizando en los niveles actuales hasta el día en el que se supone deben jubilarse.

En el cálculo se incluirá el retraso progresivo de la edad legal de jubilación, que este 2014 se ha alargado hasta los 65 años y un mes, y que se irá actualizando hasta llegar a los 67 años de edad para 2027.

Además del INSS, los gestores de pensiones privados también deberán informar a sus clientes sobre la cuantía de la pensión de jubilación que podrían llegar a cobrar.

Estos cálculo se basan en que el trabajador mantenga su base de cotización actual hasta el día de su retiro laboral. La información se enviará primero a los trabajadores de más edad, y gradualmente, se irá informando a los empleados más jóvenes. En ambos casos, las cartas serán meramente informativas, y que no generarán ninguna clase de derecho de cobro.

Lo que está claro es que a partir de ahora comienza una carrera contra reloj, para los españoles que aspiren a jubilarse a los 65 años, ya que el Gobierno mantiene inamovibles elevar la edad de jubilación a los 67 años salvo que, a partir del año 2027, se hayan cotizado 41 años durante la vida laboral. En este caso, nos podremos jubilar como hasta ahora, a los 65.

Para poder jubilarse a los 65 será necesario haber cotizado ininterrumpidamente desde los 24 años. Es decir, sólo un año más respecto a la edad media de incorporación de los españoles al mercado laboral que es de 23 años. Por lo tanto, un español medio tendrá un margen de un año para poder jubilarse a los 65 en vez de a los 67.

Sin embargo, la realidad de nuestro país contrasta con estas nuevas exigencias y el problema del desempleo azota sobre todo a los jóvenes con el 40% y que, con las nuevas reglas del juego, no pueden perder ni un minuto.

Las personas que cursan estudios universitarios son quienes lo tienen más justo para llegar a los 65 con 41 años cotizados. Para empezar, no se pueden permitir el lujo de repetir ningún curso en el colegio o en el instituto. Así, empezarán la carrera con 17 o 18 años.

Según el plan de estudios que le haya tocado (de cuatro o cinco años), si ha ido a curso por año, se licenciarán entre los 21 y los 23.

Peor lo tienen los licenciados en una carrera como Medicina, cuyo plan de estudios es de seis años. Si logra aprobar todo, un médico sale de la facultad con 23 o 24 años, pero le quedarán aún dos de Residencia. Es decir, no llegará a ejercer su profesión hasta los 25 o 26. Así, será imposible que un médico se jubile a los 65 porque habrá cotizado 39 o 40 años como máximo. No obstante, el Gobierno estudia realizar excepciones en algunos casos concretos.

Con el nuevo Plan Bolonia, las carreras se convierten en títulos de grado, cuya duración varía entre tres y cuatro años. Eso quiere decir que los futuros licenciados estarán listos para incorporarse al mercado laboral antes que los actuales, entre los 20 y 22 años, lo que les concede un margen superior para alcanzar los 41 años cotizados.

Para las personas sin estudios superiores, la cosa cambia. La edad mínima legal para trabajar son los 16 años, con lo que tendrían una larga carrera profesional de 49 años por delante, de los cuales pueden haber estado ocho si trabajar y, aún así, jubilarse a los 65. Además, hay que tener en cuenta que muchos de los puestos ocupados por personas sin formación superior se engloban en los llamados trabajos penosos como la minería o la forja, para los que la edad de jubilación se reduce considerablemente.

Las personas que se quedan en el paro siguen dadas de alta en la Seguridad Social y cotizan por todos los conceptos, entre ellos la jubilación. Sin embargo, el plazo máximo de cobro es de dos años –exactamente 720 días– si se han superado los 2.160 días cotizados en los últimos seis años.

Por lo tanto, el margen es exiguo. Quienes empiezan a trabajar en España a la edad media de 23 años sólo contarán con tres años –los dos de paro y uno más- para llegar a los 65 con 41 años trabajados.

Así que hay que espabilarse más que nunca. Una gran parte de la  mediación ha dejado de la mano estos temas y en general ha abandonado el negocio de previsión, es decir Vida, Pensiones y Salud. El plan estratégico de la mediación vuelve a situar estos ramos en el punto de mira por lo que conviene hoy mismo tomar las riendas y empezar a asesorar convenientemente a los clientes. Este asesoramiento tendrá en sí mismo un gran valor.

 

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